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Situación de los nuevos teletrabajadores

2/5/2020

Libro Mokups

El confinamiento social ha permitido que millones de personas, en el mundo, comenzarán a teletrabajar. Los dos meses que llevamos en cuarentena total o parcial permiten extraer conclusiones de como ha sido hasta ahora la nueva experiencia de trabajo remoto.

En líneas generales, los nuevos teletrabajadores expresan que están trabajando más horas que las que trabajaban cuando iban a la oficina y que les resulta difícil trabajar concentrados cuando tienen a los niños en casa. También, manifiestan que herramientas de conferencia, como zoom, estresan porque implican un permanente contacto visual y control, algo que no era tan necesario en un trabajo presencial.

En el lado positivo se observa un aumento de la productividad y tal vez lo más importante, es que pueden mantener el empleo. Lo cual, de por si, da ansiedad porque mantienen el empleo a costa de trabajar incómodos, manteniéndose muchas veces disponibles fuera del horario de trabajo, de tal forma que se borran la fronteras entra la vida personal y la laboral. Y muchos plantean que volverían a la oficina con todo gusto.

Vayamos por partes. Era de esperar. El teletrabajo, en tiempos normales, no debe ser una opción forzada ya que para desempeñarlo correctamente debes organizar muy bien tu tiempo y lugar de trabajo. Y con la llegada del coronavirus, muchos trabajadores quedaron en la situación: teletrabajas o quedas desempleado. Entonces millones de personas tuvieron que elegir el teletrabajo de manera forzada. Y así como los trabajadores eran novatos también lo eran muchas empresas que no tenían experiencia y que trataron de replicar online lo que es el trabajo presencial. Establecieron rígidos horarios de comienzo y finalización, utilizaron los primeros software de conferencias que encontraron más otros de gestión de proyectos y se largaron al campo. Y no era tan fácil. Comenzaron los problemas cuando los supervisores, que también están teletrabajando, no podían dar a abasto con las consultas de sus empleados, creándose los más variados cuellos de botella que hace que todo el proceso de trabajo se atrase y todos terminen trabajando un poco mas para culminar la meta diaria, semanal o mensual que tenían.

La flexibilidad es una de la ventajas principales del home office pero para poder llevarla a cabo hay que tener una mínima experiencia en trabajo remoto y esta se logra con prácticas del tipo trabajar unos días en la empresa y otros días en casa entre otras estrategias de implementación. El Covid-19 adelanto el futuro y si bien hay tecnología de sobra para que todo el mundo teletraje, la formación cultural no estaba preparada en amplios sectores de la población para un cambio tan disruptivo. No hay la preparación suficiente y además, mucha gente no puede teletrabajar porque no tiene un lugar cómodo donde hacerlo.

Es un dato significativo que las herramientas de conferencia, como Zoom, estén dando ansiedad o estrés. Y no es para menos. En un trabajo presencial ¿Estamos todos mirándonos unos a otros todo el tiempo? No. Entonces porque tengo que tener una o varias ventanas con mis compañeros mirándome. O así no haya nadie conectado, que sea la propia aplicación (esta u otra) la que controle todo lo que hago y lo reporte al jefe. Es cierto que si no hay algún tipo de control el trabajador podría faltar, hacer otra cosa, etc. Pero todo debe estar muy bien acordado antes de comenzar a teletrabajar.

De cara al futuro inmediato o la nueva normalidad, el teletrabajo vino para quedarse. Todavía está muy fresca nuestra realidad previa al covid-19. Pero si pensamos en como debería ser un futuro sano y sustentable tanto para la gente como para el planeta, el trabajo remoto debe tener un lugar principal. El futuro llegó a la fuerza a través del acceso masivo al teletrabajo, la telemedicina y la enseñanza online. Vale aclarar que el acceso es masivo en cuanto a la cantidad de gente nueva que accede a estos servicios pero está lejos de ser una alcance universal. Está teletrabajando, en los mejores de los casos, un 20-30% del población. Porque, entre otros aspectos, el teletrabajo no escapa a la crisis económica mundial a la cual estamos ingresando. Por ejemplo, si antes del covid-19 teletrabajabas para una compañía aérea, ahora no tienes ese teletrabajo.

También sucede que con el tiempo, el trabajador le va tomando el gusto al trabajo remoto, y lo que comenzo como algo forzado comienza convertirse en un habito más de la vida hogareña. Es asi que muchos teletrabajadores post covid no tienen ganas de volver a su trabajo presencial cuando se les da esta posibilidad.

Mucha gente está viviendo de seguro de desempleo de trabajos pertenecientes a sectores completos de actividad que desaparecerán por los menos un año: turismo, viajes comerciales, entretenimiento presencial, gastronomia, ropa, automotriz, deportes, etc. En este entorno tener un empleo puede llegar a ser un privilegio y que lo hagas desde casa te abre más posibilidades ya que accedes a un mercado global de empleo. Y también, teletrabajando, evitaras el riesgo de contagio.